Decir Fundación Santos Mártires es decir una gran familia cristiana donde la comunidad educativa es el núcleo principal. Los profesores se preocupan cada día por sus alumnos y ellos dan lo mejor de sí mismos. Las familias aportan un papel muy importante ya que colaboran con la Fundación continuamente desde las AMPAS y a través de voluntariado personal.

Formamos personas exitosas cuya búsqueda de la excelencia los guía en el camino para conseguir sus objetivos y felicidad.

Todos tenemos un don, una virtud que nos ha regalado Dios. Encontrar esa virtud y reforzar el talento de cada uno de nuestros alumnos para que den lo mejor de si mismos nos permite construir sobre una base estable y sólida. Por ello, somos centros inclusivos y no excluyentes, ya que todos tienen cabida en nuestros centros.

Ponemos el corazón en todo lo que hacemos, luchando por cada alumno y por cada proyecto. Somos todo pasión porque somos todo corazón.

La solidaridad va en nuestro ADN cristiano. Ayudar a los demás y enseñar a ayudar es uno de los pilares básicos de nuestro proyecto educativo, que se tangibiliza en proyectos como Ashoka, la colaboración con la Misión de Picota y con la Fundación Bagassou.

Queremos ser como Jesús, y crecer como Él creció. Lo que pretendemos en nuestros colegios es que todos conozcan y amen a Jesús en su Iglesia. Tenemos un tesoro: la fe, que debemos celebrar, vivir, orar, y así poder compartir y anunciar la belleza, alegría y armonía de nuestra fe de la Iglesia. Esta idea que llevamos a cabo en nuestros centros, está reflejada en el quehacer de los primeros cristianos y que nos relata los Hechos de los apóstoles: “Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones”. (Hch. 2,42).